No conocía la obra de Paula Cheshire hasta hace relativamente poco, cuando se presentó como la nueva lectura del club de cómic del que formo parte. El tema de la ansiedad me llama poderosamente pues soy el afortunado poseedor de un Trastorno de Ansiedad Generalizada. La cosa con el tema de los trastornos y las neuro divergencias, es que si no son completamente inhabilitantes, la sociedad no las percibe como el problema que suelen ser para aquellos que las sufren.

«No estés triste, anímate», solemos decir a las personas con depresión. «Pero si no es para tanto, relájate», es algo que las personas con ansiedad escuchamos mucho. «Es que eres muy intenso». «El niño es muy movido». «¿Por qué eres tan callado?». Creo que se pilla la idea. El título de la obra de Paula es: Me das ansiedad. Y aparece ella, delante del espejo diciéndose a si misma: «Tú, sí, tú». Todas esas personas que con su mejor intención intentan sacarnos del pozo en el que nuestra configuración mental nos ha metido, desde el nacimiento, hasta que nos quitemos del tabaco; no pueden percibir la realidad como lo hacemos nosotros, de la misma forma que no sabemos con exactitud como la percibe un daltónico o un sordomudo. Por favor, que se entienda a donde pretendo llegar con esto.

Por eso, obras como Me das ansiedad de la gallega Paula Cheshire son tan importantes y tan banales al mismo tiempo. Leyendo su obra, me queda bastante claro que a Paula le han dado el mismo carné que a mi en la tómbola de la salud mental. Hay algunas viñetas que me las tatuaría en el pecho, simplemente para recordarme a mi mismo que no es el cosmos el que me putea la vida, si no yo mismo al no recordar mi condición y asumir la convivencia con ella, hasta que la muerte nos separe. Pero al mismo tiempo, como lo más saludable es hacer este ejercicio de introspección desde el humor, aquellos con una percepción de la realidad normal lo más normal es que no traspasen la línea del «ja, ja, ja, que raro eres». Volvemos al punto de salida.

Ser o no ser una dramas. Que eres una dramas.

No lo digo yo. Lo dice Paula en la contraportada de su libro. Al final, nosotros mismos, aún sabiendo lo que tenemos, no podemos evitar pensar que estamos haciendo algo mal, y no jugando lo mejor que podemos con la mano que nos han repartido. Pero esto me está quedando demasiado alegato de la salud mental y hemos venido a hablar de Me das ansiedad. Una obra que me ha dejado bastante tibio. No puedo decir nada malo del cómic. Pero al mismo tiempo tampoco se me ocurre nada determinantemente positivo. Y miren ustedes que es el enfoque de la web.

Se hace necesario pues algo más de autoanálisis, porque si no, no llegamos a la extensión mínima para poder rellenar el artículo. No suelo comprar obras recopilatorias de tiras cómicas. No porque tenga nada en contra de ellas, al contrario, me parece uno de los formatos más puros de historieta que existen. Pero de entrada, suele ser un estilo narrativo reservado a medios diferentes al del libro impreso. Primero la prensa escrita. Luego la digital. Y al final las redes sociales. Generalmente los libros que he comprado de tiras cómicas suelen ser de gente a la que ya sigo en redes y que he ido leyendo con el tiempo, estableciendo una relación de aprecio entre autor y mi persona. Se me ocurre el ejemplo de David Ramírez, al que no he podido conocer de nada, pero por su interacción en redes adoro hasta el punto de querer casarme con él (con él y con su marido, al que conozco todavía menos y adoro aún más).

Desgraciadamente, no es un vínculo que haya podido establecer con Paula previo a la lectura de Me das ansiedad. Y eso que compartimos trastorno, lo que ya me predispone a que me caiga bien de base. Pero al final, estos libros no dejan de ser una ventana al interior de la psique de sus creadores, y estas cosas mejor, siempre, en un entorno familiar que entrando a puerta fría. Y me doy el lujo de repetirme. Ha habido cuatro o cinco páginas que estoy por arrancarlas y ponerlas en el cabecero de la cama. El resto, macarrones con tomate, siempre te los comes a gusto, pero no te remueven nada por dentro. Dibujo correcto, elección de color acertada, entretenido de leer. Ahora que ya la conozco y estoy más pendiente de ella, lo mismo a futuro llego a su siguiente obra más emocionalmente implicado.

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