A mi que me cuentas. Algo sabré de tebeos. Toda una vida devorándolos. Casi una veintena de años divulgando de una forma u otra sobre ellos. Se podría pensar que poco queda ya en este camino que pueda sorprenderme. Reducidas las ocasiones que se espera la sorpresa asociada al descubrimiento de algo revolucionario. A mi que me cuentas, habiendo escrito lo que he escrito hablando de viñetas, autores, personajes…

Tengo a los amigos y las amigas de mi club de lectura nerviosos cada vez que les toca proponer su recomendación del mes. Veo a muchos con la indecisión generada por querer estar a la altura de unas expectativas autoimpuestas. De querer que su recomendación guste a los demás. De desear acertar con una gran obra a la altura de lo presentado hasta la fecha. «¿Crees que a los demás les gustará Blacksad?», «¿Sería aconsejable recomendar Maus?»…

Y luego, de repente, llega un compañero. Y que si, que qué bonito y qué profundo todo. Pero que aquí este mes, se va leer Mortadelo y Filemón. Y encima, tema libre. Que cada uno se mire lo que más le apetezca. Y claro, yo me pongo muy derecho, porque tengo strong opinions sobre Ibañez y sobre el tema y que me parece muy buena idea, pero que tengáis en cuenta que noequé de Vázquez y de noecuanto de que Ibañez y tal…

Cuando se trata de la TIA, nada es lo que parece a simple vista…

Anda, cállate ya, subnormal…

Menos mal, y repito, menos mal, que me encargo yo de preparar el contexto sobre cada obra y autor que pisa nuestro ilustre club. Menos mal, que para apoyar la presentación de esta persona tan sabia que ha propuesto Mortadelo y Filemón como lectura del mes, he tenido que repasar lo conocido, pero también investigar un poco más de lo que ya me sabía de memoria. Y digo menos mal, porque cuando algo tan ineficaz como nuestro cerebro se alía con algo tan peligroso como el ego, empezamos a repetir ciertas consignas de forma automática, y sean ciertas o no, la verdad comienza a desdibujarse.

Sí, a cualquiera que me pregunte, le diré que Mortadelo y Filemón es (o era hasta la llegada de monstruos como Paco Roca) el cómic más importante del cómic español. La obra magna que ha batido todos los récords de ventas en librerías, quioscos y grandes superficies. Sí. Pero rápidamente se me calentará la boquita hablando de la escasez de calidad real tras sus chistes repetitivos, de que el propio Ibañez no es el autor real detrás de todas sus obras, de morir de éxito, de sobreexplotación… Dios, que pereza me estoy dando.

Lo que me callo. Lo que realmente no diré si me preguntas (hazte un favor y no lo hagas), es la barbaridad de horas que he disfrutado leyendo las desventuras de los agentes de la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea). De las risas en la soledad de mi habitación página tras página. Del delirante dibujo del Maestro Ibañez (al menos cuando estamos seguros de que se trata del suyo). Sí, un dibujo pensado para ser rentable y rápido, y no para sorprender a nadie. De un humor repetitivo, si, pero a la vez magistral y afilado como pocos. Y aunque probablemente, desfasado a día de hoy (como también lo están maravillas como Tintín en el Congo), sigue provocándome una sonrisa cómplice, al menos al revisitar las aventuras originales.

Uno se pregunta porque siguen contando con ellos, dada su eficacia comprobada…

No te gustarán tanto los tebeos si te gustan los tebeos…

Resulta que al poner todo lo bueno de Mortadelo y Filemón en la balanza donde ya tenía todo lo malo; se inclina hacia un lado muy diferente. Pesa mucho más todo lo positivo que las cosas negativas que llevo repitiendo (y repitiéndome) media vida. Y dicho esto, ya suelto el látigo que me estoy pasando por el lomo y procedo a hablar de esta edición cronológica que recopila todas las aventuras de Mortadelo publicadas durante los años comprendidos entre 1969 y 1971 (aunque los personajes fueron creados en 1958.

Arrancamos este viaje por el recuerdo con la imprescindible El Sulfáto Atómico. En esta primera aventura se sientan las bases de todo lo que vendrá después. El «cutrerío» que rodea a todas las operaciones de la TIA. Se presentan a los personajes del «Super» y el Profesor Bacterios. Imprescindibles para comprender el recorrido posterior a la serie. Pero lo mejor de todo, es que lo narrado es completamente atemporal. Un tirano de una nación totalitaria se hace con un invento que permite agrandar a los insectos y nuestros intrépidos agentes (intrépidos que no inteligentes) deberán cruzar la frontera para recuperarlo.

Yo diría que los inventos de Bacterio, casi sostienen la serie por si sola…

No se trata de la mejor aventura de Mortadelo y Filemón, pero sin duda es una de las que mejor aguanta (y aguantará el paso del tiempo). Y es que desgraciadamente hablamos de finales de los años 60, una época donde algunas cosas eran graciosas y ya no lo son. Contra el «Gang» del Chicharrón, es un buen ejemplo de esto. Aquí lo agentes de la TIA deben detener a una banda tan internacional como estereotípica. Y a pesar de lo caduco de algunas bromas, el álbum nos ofrece algunos avances sobre la historia del Sulfato que con el tiempo encumbrarán a la serie a lo más alto.

Es en esta aventura donde se genera una estructura que si bien no será imprescindible en el futuro, sí que se repetirá con la frecuencia necesaria para que con cada nueva historia nos sintamos como en casa. Se genera un carácter episódico al dividir la misión en objetivos que se cumplen a razón de uno por día. En cada uno de estos días, Mortadelo y su jefe recibirán un mensaje del cuartel general (de la forma más dolorosa posible), deberán acudir al mismo por una de sus múltiples (y ruinosas) entradas secretas, donde les pondrán al día de los avances y marcharán a desfacer entuertos.

El encuadre, las carreras, los gritos… Puro Mortadelo…

Una entrada secreta, un vehículo especial.

Y pese a que Ibañez era dado a reciclar chistes (incluso dentro de la misma historieta, como veremos un poco más adelante), aquí somos testigos de su ingenio, generando nuevas risas con cada ocurrencia episódica. Normal que a la larga tuviera que repetir, resultaría imposible hacer lo que hizo de no haber contado con su talento. Safari Callejero es una muestra de dicha genialidad. Y aquí, al tratarse de animales con poderes, resulta algo más difícil ofender en tiempos más modernos. Los inventos del Profesor Bacterio, que NUNCA ofrecen el resultado esperado son un nuevo elemento (ya introducido previamente en el Sulfato) imprescindible en la serie. Hasta el punto de que la calvicie de Mortadelo se explica por la intervención del científico.

En Valor… ¡y al toro! Se siembra otro concepto fundamental. Si no concebimos una aventura de Astérix sin su clásico banquete final a la luz de la luna. Rara es la misión de Mortadelo que no termina en un fiasco absoluto por un despiste, un error de comprensión o pura ineptitud. Esto provocará que la última viñeta de cada álbum siempre nos presente a alguien persiguiendo a alguien (generalmente a nuestros dos agentes) para rendir cuentas por el error.

Dejar a la población civil a base de bacalao, un crimen que ni Ethan Hunt resolvería…

El caso del balacao cierra este maravilloso recopilatorio con la que para mi quizás, sea la historia más redonda de todo el tomo. La genialidad detrás de un plan maestro para forzar a la ciudad a pagar el agua a precio de oro, cortando el suministro de la misma después de tener a todo el mundo sediento por haber regalado bacalao hasta con el periódico… Aquí no solo hablamos de un talento para el humor desmesurado. El buen hacer de Ibañez también es ejemplar a la hora de reflejar la cultura y sociedad de nuestro país en la época. Quizás, a la larga, hacerse tan dependiente a reflejar los cambios sociales del país acabaría pasando factura. Pero en este momento es oro puro en sus manos.

Y de esta forma, es como se pasa del amor al odio, para luego volverse a reencontrar y descubrir que los sentimientos originales estaban ahí por un motivo. Y que el hecho de que uno pierda el norte, o decida exprimir tanto su obra que esta pierda todo atisbo de calidad; nada de esto es incompatible con la realidad aplastante de que todo lo anterior sigue siendo una genialidad. Y que los cambios en un autor no se traducen en episodios anteriores de su obra. Si acaso, en cómo la percibimos nosotros, algo licito pero que no deja de ser algo triste…

Las historias cortas de complemento nos harán testigos de algún momento clave en la historia de la serie…

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