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Con manos temblorosas, Efrén abre el sobre, moteado de barro seco y viejas manchas de agua. Reconoció al remitente al instante, por supuesto. A primera vista. Con el corazón hinchado, abre la carta -gastada por la intemperie y los golpes- justo cuando el mensajero de Talaria vuelve a subirse a su montura y la espolea sin demora. Con la respiración entrecortada, y con el sonido de los cascos desvaneciéndose en la distancia, comienza a descifrar la letra que tan bien conoce, aunque aquí y allá, algunas palabras dispersas han sido víctimas de la lluvia y del duro viaje…

Querido papá,

Te escribo mientras el Tumulto hace estragos alrededor de nuestro Oasis. Pero no te preocupes: estamos sanos y salvos, en lo alto de una montaña nevada. Estamos aprovechando las turbulentas corrientes del exterior para descansar un poco. Y lo necesitamos, después de todo lo que hemos pasado en las últimas semanas. Nos hemos ganado con creces un pequeño descanso antes de volver a lo desconocido. Así que estoy aprovechando el tiempo para trabajar en algunos nuevos diseños de autómatas y también para estudiar la región en su conjunto.

Un exhaustivo análisis del suelo ha demostrado que Cais Adarra -y, por extensión, todo Storhvit- disfrutaba de un clima mucho más benigno hace apenas un siglo, similar al actual en las Estepas Inclinadas de Caer Oorun. Eso significa que bastaron unas pocas décadas para que esta tierra antaño exuberante se convirtiera en polar. Un estudio más profundo de los sedimentos y las formaciones geológicas sugiere que el cambio fue repentino. Es posible incluso que la alteración sirviera para dar forma a estos paisajes árticos.

Nuestras excavaciones alrededor del árbol Nilam han revelado signos de asentamientos humanos anteriores a la glaciación. Herramientas oxidadas, viviendas trogloditas, restos de tejidos y cerámica… todas las pruebas apuntan a la existencia de una sociedad humana que en su día se estableció aquí, a la sombra del árbol del mundo. Las primeras estimaciones datan esta presencia de hace al menos doscientos años, lo que significa que es posterior a la Confluencia. Eso prueba que otras comunidades humanas sobrevivieron en el Tumulto mucho después de la fundación de Asgartha.

Y, sin embargo, todo apunta a que esta colonia -que se estima albergó a varios centenares de personas- fue abandonada antes del inicio de la era glaciar. Lo más asombroso de todo esto, sin embargo, es el avance tecnológico de aquella comunidad. Mucho antes de la Revolución Industrial axiomática, estas gentes ya habían desarrollado increíbles maravillas técnicas. Estamos hablando de una ventaja tecnológica de cientos de años. Basta con echar un vistazo a la máquina que encontramos encerrada en el hielo para comprobarlo. La ciencia utilizada para construirla supera con creces, para mi gran fascinación, cualquier cosa a la que tengamos acceso actualmente.

Una vez que la sacamos del hielo, pudimos analizar su composición. La aleación usada en su construcción es increíblemente resistente y no coincide con ningún material que conozcamos en Asgartha. Es más, toda su superficie está cubierta de surcos grabados directamente en el metal: una red interconectada de canales que le dan un aspecto antiguo y orgánico a la vez. Sin embargo, lo que estamos viendo es claramente un dispositivo mecánico finamente elaborado, muy funcional e impresionantemente versátil. Todavía hay muchas cosas que no entendemos, especialmente algunas de las cavidades internas cuya finalidad sigue siendo un misterio.

Más allá de las proezas de ingeniería de esta máquina, lo más extraño de su diseño es la ausencia total de una fuente de energía. Está claro que no funcionaba con Kelon, ni con ninguna de las fuentes de energía alternativas que utilizamos como el carbón, el petróleo o la electricidad. Tras realizar algunas modificaciones por nuestra cuenta, conseguimos activar algunos de sus sistemas, pero la máquina consume mucha energía en esta configuración y tendremos que seguir estudiándola para mejorar su eficiencia. Su motor por sí solo podría ampliar enormemente la autonomía de nuestros autómatas: sus pistones, válvulas, culatas, cigüeñales… Todo parece diseñado para gestionar algún tipo de fluido, como un corazón. Pero no hay sistema de ignición o combustión.

Entonces, ¿quiénes eran estas personas? ¿Eran descendientes de la Tribu Perdida, o de otros Nómadas del Tumulto? ¿Cómo pudieron desaparecer a pesar de toda esa ventaja tecnológica? A primera vista, parece que se vieron obligados a emigrar. Tal vez todavía vagan por el mundo como una vez lo hicieron nuestros antepasados. Con un poco de suerte, podríamos encontrarnos con ellos en nuestro viaje. Estoy deseando conocerlos e intercambiar ideas. Pero estoy divagando con toda esta charla técnica, sólo quería compartir lo emocionada que estoy con todos estos descubrimientos. Me recuerdan lo poco que sabemos del mundo y lo mucho que nos queda por descubrir.

Espero que todo vaya bien con la caravana. Te mando un fuerte abrazo y espero tu próxima carta.

P.D. ¡Dales un abrazo a Faarsan y Argiris de mi parte! Diles que cuento con ellos para que te sigan ayudando (¡y que tendrán noticias mías si vuelven a saltarse las tareas)!

* Tu amada hija*

S.

Una lágrima rueda por la mejilla de Efrén. La echa de menos. La echa mucho de menos. De repente, la enorme distancia que les separa le golpea: leguas y leguas…

Una lágrima rueda por la mejilla de Efrén. La echa de menos. La echa mucho de menos. De repente, se da cuenta de la enorme distancia que los separa: leguas y leguas que aumentan con el paso de los días, las semanas, los meses y los años. Cierra los ojos e intenta imaginársela lejos, allá afuera, en esas tierras salvajes y turbulentas. Le duele el corazón. Se siente como si hubiera un océano entre ellos…

Este es un relato traducido de la web oficial de Altered TCG. Podéis encontrar el original en el siguiente enlace: https://www.altered.gg/news/letter-to-efren

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