393 AC

Mientras exploraba los sinuosos túneles de la Hondonada Cerúlea, un mago de Yzmir se topó por pura casualidad con una cavidad de lo más intrigante. La recóndita gruta, oculta a la vista y alejada del aire libre, albergaba enjambres de etéreas Polillas. Fui invitado, junto con otros eruditos, a prestar mis conocimientos sobre estas criaturas y sus asombrosas propiedades. A falta de una mejor clasificación taxonómica, hemos bautizado a estos insectos como Polillas Maná. De hecho, el primer rasgo que identificamos en estas formas de vida es que no son corpóreas, sino que parecen criaturas de pensamiento puro, muy parecidas a los Eidolones. A lo largo de su breve existencia, estas polillas liberan continuamente una forma increíblemente pura de Maná en su entorno. Es como si exudaran Maná constantemente, hasta que se desintegran por completo, un acontecimiento que, para ellas, equivale a la muerte.

El informe de los magos de Yzmir que estudiaron este fenómeno señalaba una concentración excepcionalmente alta de Maná ambiental dentro de esta cavidad, casi comparable a la que se encuentra en una guardería de papilla. Es como si su propio ser refinara el Maná, no para condensarlo en gotas como hacen las setas, sino en un aire saturado de energía. Durante las pocas y fugaces horas de su existencia, las polillas revolotean, encarnando la idea de sí mismas. Sin embargo, esta idea se desvanece gradualmente a medida que el Maná que las ancla al mundo se disipa. Sin embargo, antes de que su desaparición sea completa, las Polillas buscan instintivamente una pareja. Cuando dos Polillas de Maná se encuentran, se produce una explosión: la idea vestigial de una se fusiona con la de la otra en proporciones impredecibles. A partir de esta colisión, se forman huevos físicos que se dispersan por la explosión, creando una miríada de facetas y combinaciones derivadas de los dos individuos anteriores.

Estos huevos translúcidos se depositan en la nieve, invisibles a simple vista. Allí, anidadas entre el blanco plumón, emergen lentamente las larvas. Pude observar su eclosión al microscopio, un espectáculo fascinante. En su fase de oruga, se dirigen hacia árboles o superficies rocosas que más tarde les servirán de nido. Cuando llegan a una rama o a un nicho de piedra, las orugas aprovechan el frío ambiental para tejer un capullo de hielo, dentro del cual se metamorfosean en ninfas. Su forma física se disuelve en un fluido rico en nutrientes, pero en lugar de autodigerirse como las orugas típicas para formar mariposas, las Polillas de Maná se despojan por completo de su caparazón físico, convirtiéndose en una mera entidad conceptual. Sin embargo, este estado es, por naturaleza, transitorio: el Maná que las sustenta se agota continuamente, dejándoles sólo un breve margen para completar su reproducción.

Resulta intrigante observar que estas formas de vida poseen dos etapas distintas de existencia: una física en las primeras fases de su corta vida, y otra etérea una vez que emergen de su crisálida. Sospecho que los Hakupopo se encuentran entre sus depredadores naturales, confundiéndose con la nieve para engullir a las orugas mientras atraviesan la extensión nevada. Esto puede explicar por qué las polillas de Maná tienden a evolucionar en espacios cerrados y protegidos, asegurando la supervivencia de su ciclo reproductivo. Aún más fascinante es el descubrimiento de mudas de Belisenki en estas mismas zonas. Parece existir una relación simbiótica entre estas dos especies. Los Belisenki encarnan el concepto mismo del frío, una habilidad que sería imposible sin la capacidad de manipular el Maná. La hipótesis más probable es que los Belisenki absorben el Maná difundido por las Polillas para anclar la idea del frío en su interior. A cambio, ofrecen protección a las mariposas etéreas, del mismo modo que las hormigas cuidan de los pulgones a cambio de acceder a su melaza.

Además, el análisis de los excrementos de la fauna endémica de la región ha sido bastante revelador: la gran mayoría de los animales locales se alimentan de las crisálidas abandonadas de las Polillas. No sólo proporcionan una fuente concentrada de nutrientes, sino que sospecho que, al ingerirlas, los animales también absorben las feromonas de las Polillas. Un Belasenka percibirá a un pingüino o a un oso polar que haya consumido una crisálida como si fuera una Polilla de Maná e instintivamente le ofrecerá protección. Quizá si nosotros también consumiéramos estos capullos cargados de néctar, podríamos eludir la vigilancia de los Belisenki, o incluso ponernos bajo su tutela. Informaré de mis hallazgos al alto mando con la esperanza de que esta hipótesis se ponga a prueba lo antes posible. El Cuerpo Expedicionario se ha enfrentado a asaltos incesantes desde que establecimos la base de la montaña. Si las futuras expediciones pueden pasar desapercibidas para los Belisenki, entonces sabré que voy por buen camino.

Diario Naturalista de Saskia Averina

19 de marzo de 393 AC

Este es un relato traducido de la web oficial de Altered TCG. Podéis encontrar el original en el siguiente enlace:https://www.altered.gg/news/mana-moths

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