Siempre resulta agradable volver a un sitio donde te lo has pasado bien durante mucho tiempo. Como le ocurrirá a un volumen muy alto de personas de mi generación, Dragon Ball es uno de esos sitios. En mi caso particular, la cosa trasciende ligeramente un poco más. Ya que al igual que muchos niños del colegio, todos veíamos el anime traído por las cadenas autonómicas, y los afortunados poseedores de una consola de 16bits también presumían de poder jugar con los personajes hiper poderosos de la serie de Akira Toriyama.

Porque recordemos, que lo primero que llegó a tierras españolas fue la secuela, Dragon Ball Z, donde ya se había dejado del género de aventuras atrás, para convertirse en un shonen más típico centrado en los combates (y aún así, maravilloso, aunque quizás a generaciones posteriores criadas con One Piece, Naruto o Bleach, quizás pueda no parecérselo). Pero unos añitos después, ya con la paga de papá y mamá en el bolsillo, algunos pudimos descubrir lo que para aquellos deseosos de ahondar, lo cambiaría todo: el manga original de Toriyama.

Las famosas serie blanca y serie roja (posteriormente amarilla y azul) fueron una oportunidad de disfrutar de la obra de este autor (que desgraciadamente ya nos dejó) de una forma relativamente económica y continuada durante años (aún recuerdo ir a comprar al kiosko el último número de la serie roja, donde todo acababa justo en el punto que este nuevo Dragon Ball Daima comienza). Por no hablar de la ingente cantidad de películas que regalaban en VHS en revistas como Hobby Consolas. Sin duda alguna, algo tenía que acabar permeando…

Daima es puro Dragon Ball

Los años oscuros…

Recordemos que en aquella época, uno consumía lo que le ofrecían, no teníamos la variedad para elegir a la carta con las plataformas actuales de streaming, y las posibilidades de descargar algo traducido por algún fansub amateur eran limitadas, ya que todo estaba empezando. Las opciones eran dos: repetir una y otra vez con las mismas cintas de video doméstico, o ver Dragon Ball GT. La serie creada por Toei Animation con poca participación de Toriyama, a día de hoy no está muy bien valorada entre los fans.

No recuerdo mucho de la misma. Realmente no llegué a terminar ni el primer arco, donde se iban de aventuras por el espacio. Pero ahora, haciendo memoria, si que valoro la intención de la misma de volver a los orígenes, volviendo a Goku un niño pequeño, y llevándolo a recorrer el mundo (el universo en este caso) en busca de las bolas de dragón, lo que le llevará a vivir mil aventuras. Quizás el problema radicaba en lo que sucedía después, que por lo que tengo entendido, se empeñaba en rizar el rizo sin aportar nada nuevo a la serie en términos de calidad.

Bueno, para bien o para mal Dragon Ball GT ya forma parte del pasado, y sólo es recordada en los DLCs de diversos juegos de la franquicia que aprovechan para rescatar diseños y personajes. O al menos eso es lo que parecía hasta hace poco, pero no adelantemos acontecimientos. Hace ya unos añitos, Toriyama volvió a la acción con la esperadísima Dragon Ball Super, una secuela de Dragon Ball Z que ignoraba los hechos de GT, recuperando parte del humor de la serie original, pero centrándose en la acción y los combates de su secuela que fue lo que catapultó la serie a la fama.

Pequeñito, pero matón. Goku sigue siendo el más fuerte…

El gato es mío, y me lo folló cuando quiero…

Presentada primero como una película, y después como manga y serie animada, Dragon Ball Super parece que dio en el clavo (aunque yo de entrada no consiguiera conectar). La clave: tener al maestro de vuelta a los mandos de la nave. Quizás la edad y la salud no le permitirían encargarse del dibujo. Pero vive Dios que se notaba (o eso dicen los que seguían la serie al día) la mano del autor detrás de la historia y los diseños de los personajes.

No vamos a analizar Dragon Ball Super, porque para empezar, no he visto casi nada de la misma, aunque ahora está entre mis tareas a medio plazo. Pero es importante analizar sus virtudes, porque probablemente sean las mismas que hacen de Dragon Ball Daima una buena serie de aventuras, y lo más importante, un nuevo episodio a tener en cuenta para la serie. La clave es fundamental y no me cansaré de repetirla: era Toriyama el que quería contar algo.

A priori la premisa de Daima es muy similar a la de GT: volver a hacer pequeños a nuestros protagonistas (en este caso a todos). Pero esta vez lo hace de la mano de todo el wordbuilding creado en Super. Y se nota. Había muchas dudas sobre si la serie sería canon o «nikon». Parece que finalmente, pese a alguna incoherencia pendiente de aclarar, se tratará de lo primero. Y repito que se nota, porque la sensación de continuidad (más que de continuidad, de puente entre ambas series) es bien fuerte.

Dragon Ball nunca debería perder de vista de qué va realmente en el fondo…

¿Esto de qué iba? Ah, de lo de buscar las bolas.

Centrándonos ya en la serie en si misma; sólo puedo afirmar que me lo he pasado muy bien viéndola. Cortita y al pie. De una única temporada, con una estructura narrativa bien definida y que sabe perfectamente no sólo el tono que busca si no que lo ejecuta a la perfección. Personajes nuevos muy bien escritos y diseñados, y la sensación de estar viendo de nuevo la serie original (que fue la que me robó el corazón) con algunos añadidos en forma de transformaciones de pelo amarillo.

Quién venga esperando esos niveles de poder y destrucción vistos (según me cuentan por pinganillo) en Dragon Ball Super; posiblemente se vean decepcionados. Recordemos que Goku será el más fuerte, pero es tonto hasta decir basta, pero de llegar justito a no cagarse encima mientras hace otra cosa. Y eso lo convierte en el niño entrañable con corazón de oro que nos cautivó durante años. Aquí vuelve a tener ese protagonismo que ataca constantemente a la nostalgia. Pero no acaba ahí la cosa. Recordemos que la serie se llama Dragon Ball y no «Torneo de Artes Marciales». Aunque tendremos peleas para rato, y algunas bastante épicas, a final esto de lo que va es de buscar las dichosas bolas.

Para esto se genera el Reino Demoníaco, que viene a complementar (nuevamente) todo lo construido en las series previas, enriqueciendo el trasfondo de la serie, y generando un escenario complejo de recorrer, que nos permita usar la excusa de la búsqueda para hacer turismo y contar historias. Como digo, todo muy bien empaquetadito, y al final, aunque luego haya que hacer alguna cabriola narrativa para que todo cuadre, tendremos hasta homenajes a Dragon Ball GT incluido. Un regalo para los fans que quieran disfrutar sin más complicaciones de lo que les hacía más felices de pequeños…

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