Me suele pasar siempre lo mismo con las películas del Capitán América. Entre que no me llama demasiado el personaje y que suelen andar rondado movimientos geopolíticos americanos; suelo llegar a ellas con las expectativas muy bajas. Y algo harán bien cuando, independientemente de dichas expectativas, me acaban sorprendiendo con una trama política, de intriga y espionaje bastante mucho más elaborada de lo que se intuía en la superficie.

Deberíamos añadir que Marvel suele hacer bien su trabajo promocionando sus películas de manera correcta con sus tráileres (esto es, consiguiendo generar el suficiente interés sin revelar detalles verdaderamente importantes de la trama), de manera que el Hulk rojo no es la auténtica sorpresa de la película, aunque sea gran protagonista del arco de desenlace de la cinta. Resulta que contamos con doble sorpresa. Parece que el Universo Cinematográfico Marvel avanza a golpe de Capitán América, y después de ver esta Brave New World me quedo, una vez más con esa sensación tremendamente positiva.

Repetimos fórmula, nos encontramos con una película tremendamente entretenida (joder, es que no hay una mala del Capi, al contrario que con otros héroes). Sam Wilson tenía doble trabajo por delante al enfundarse el traje de Steve Rogers, no sólo narrativamente hablando. Convencer al público de los tebeos (algo que ha logrado con creces) era una cosa, pero realizar la misma jugada en los cines era harina de otro costal. Afortunadamente los guionistas nos presentan a un personaje bien escrito y la interpretación de Anthony Mackie está a la altura de lo que se le pide.

No, la sorpresa de la película no es el Harrison Ford rojo…

El Falcon y el Winter Soldier ese…

Vamos a empezar por aqui que hemos abierto demasiados melones en la introducción. Después del cierre de la primera gran etapa del Universo Cinematográfico Marvel, quedaba claro que la antigua hornada de Vengadores iba a dejar de desempeñar como tal (menos Thor, pero lo de Thor ya lo hablaremos en otro momento). Por un lado los hemos visto mentorizando a nuevas incorporaciones (como Hawkeye con Kate Bishop o Ant-Man con Cassie). Pero el caso del Capitán iba por otro lado.

En los cómics hemos tenido multitud de Capitanes América a lo largo de la historia. Pero en su etapa reciente, de la que beben las películas, había dos claros contendientes a heredar el escudo: el Soldado de Invierno y Falcon. Ambos se encargaron de suplir a Rogers cuando este no pudo en los cómics. Todo esto de cargar con semejante legado se trató acertadamente en la serie Falcon and the Winter Soldier; desgraciadamente pese a sus ideas interesantes, fue una turra bastante importante de la que sólo se pueden aprovechar a posteriori un par de cosas.

Una de ellas será el papel del USAgente para la próxima película de Thunderbolts*. La otra es encontrarnos con Sam Wilson de nuevo, pasada su crisis existencial, ya convencido de que es la persona adecuada para seguir los pasos de su amigo. Wilson ya no necesita emular a Steve, ha encontrado su hueco y su propia voz. La trama le ayuda mucho a asentar esa personalidad y deja bien claro que Steve Rogers fue quién fue y nadie le reemplazará, pero no es problema ninguno para que alguien siga sus pasos.

Los relevos generacionales son un tema recurrente en el mundo superheróico…

Te has convertido en aquello que juraste destruir…

Por contraposición tenemos a Thaddeus «Trueno» Ross, interpretado por Harrison Ford. Aquí viene el regalo para los fieles que llevan década y media pendientes de los muñequitos de las capas en el cine. El personaje de «Trueno» Ross llevaba mucho tiempo siendo interpretado por William Hurt, que desgraciadamente falleció hace unos años. Ross es muy conocido por sus vinculaciones con El Increible Hulk (es el padre de Betty Ross, la ex-novia de Banner, consagrado a cazar al monstruo gamma y en última instancia, identidad «secreta» del conocido como Hulk Rojo).

La incorporación de Ross como coprotagonista y pseudovillano es uno de los grandes aciertos de la película. No sólo por sus conexiones con los orígenes del UCM (una pena no poder hablar de esto sin realizar spoilers porque es de lo mejor de la cinta), también recordemos que ha sido antagonista directo de Los Vengadores en más de una ocasión, en concreto de Steve Rogers en la época de Civil War. Tenerlo enfrentado de manera constante con Sam Wilson y sometido a una presión creciente durante toda la historia permite regular el rimo de la trama magistralmente aportando tensión constante.

La tercera cara conocida del cartel es Giancarlo Esposito. De moda ya desde hace varios años, con gran valor interpretativo, pero muy desaprovechado en este caso. Aparte de no exprimir el talento del actor, su personaje no es más que una mera bisagra para que los protagonistas pasen por él repetidamente en busca del gran villano de en la sombra. El resto de secundarios cumple con su cometido ya sean el nuevo Falcon o la ex Viuda Negra encargada de la seguridad del Presidente (¿es posible que nos encontremos ante el mejor Robin de la historia del cine y no sea en una película de Batman?)

El pulso constante Ross – Wilson es lo mejor de la película en todo momento…

Quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos…

Llevo mucho tiempo escuchando a los más llorones decir que Marvel ha perdido el norte, y que no tiene ni idea de a dónde se dirige la saga en términos narrativos. Puedo comprender sus motivos. Después de 15 años es fácil acordarse de los últimos cinco, en los que todas las semillas sembradas película a película estaban brotando y todo conectaba con todo. Es cierto que la última «fase» de historias no ha tenido la calidad que se esperaba viniendo de donde veníamos. Pero su problema radica en un sitio diferente, no tiene nada que ver con lo que conecta o deja de conectar.

Son muchos los cabos sueltos que se han ido dejando en cintas como Eternos, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos o The Marvels. Si le añadimos a todo esto el volantazo que ha tenido que dar el estudio por las movidas provocadas por el actor que hacía de Kang y que iba a ser el villano principal de toda esta etapa, es normal sentirse perdido y desamparado. Afortunadamente parece que ha llegado la hora de dejar de sembrar y empezamos a recoger el grano. Capitán América: Brave New World retoma la presencia del Celestial surgido en mitad del océano y sigue allanando el terreno para el esperado regreso de los mutantes (algo que ya se viene intuyendo desde series como Ms. Marvel o películas como Dr. Extraño y el Multiverso de la Locura).

Sea como fuere, además de sus bondades individuales, la nueva entrega del Capitán América hace un ejercicio magnifico uniendo la historia antigua del UCM y avanzando unos pasitos (tímidos, pero sustanciales) en la nueva dirección de la saga. Sin duda un regalo para los más veteranos, pero también para los más impacientes que quieren empezar a ver todo conectado de nuevo. Quizás sea la que menos llama la atención de todo lo que está por llegar, pero como siempre Capitán América hace bien los deberes y aprueba con nota…

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