El término terraformación hace referencia a los procedimientos hipotéticos propuestos por científicos de diversas disciplinas para la intervención en un planeta, satélite natural u otro cuerpo celeste para recrear en los mismos las condiciones óptimas para la vida terrestre, a saber: una atmósfera y temperatura adecuadas y la presencia de agua líquida.

Bajo esa premisa nos encontramos con Terraforming Mars un juego seminal a día de hoy en la industria del juego de mesa. Lo que se conoce actualmente como clásico moderno y un juego fundamental en muchos aspectos. Pero esto es La Batalla por la Cultura Pop y nos vamos a centrar en lo personal. Y es que además de su importancia objetiva en el sector, Terraforming Mars ocupa también un hueco especial en mi ludoteca.

Un hueco especial que llevaba muchos años sin abrir (juraría que desde antes de la pandemia). Recientemente, con la excusa de probar diversos añadidos que he ido proporcionando a mi copia del juego, decidí desempolvarlos. Al contrario que conmigo, el tiempo no ha pasado para el Planeta Rojo y sigue siendo tan divertido como el primer día (puede que incluso más).

Es normal que al neófito la mesa pueda impresionarle, pero al final cada uno anda a lo suyo…

¡Dadme más millones!

Como hemos dejado entrever previamente, en Terraforming Mars representaremos una gran corporación que ha decidido invertir en la tediosa labor de terraformar Marte. Para conseguirlo, entre todos los participantes, tendremos que alcanzar unos valores de temperatura, oxígeno atmosférico y cantidad de agua líquida en la superficie. Y para subir dichos valores, nos valdremos de una serie de proyectos científicos e industriales con los que ir construyendo y desarrollando tecnologías en el planeta vecino para ir empujándolo poco a poco hacia la habitabilidad.

Podremos importar Gases de Efecto Invernadero (GEI) de otros cuerpos celestes, desarrollar invernaderos, cultivar líquenes de alto rendimiento en fotosíntesis, contratar becarios… Casi cualquier técnica que la ciencia-ficción haya planteado estará presente en forma de carta de proyecto. Podremos comprar los proyectos y luego fabricarlos utilizando el dinero que la corporación pone a nuestra disposición. Y de esta forma, mejorar nuestro «motor» (aquellos recursos, no sólo monetarios, que generamos turno tras turno) para poder invertir aún más en la ronda siguiente e ir acelerando más que el resto de contrincantes.

Esto hace que dos cosas sucedan en el juego. La primera es la sensación constante de gratificación. Siempre te parece que estás avanzando en algo, sirva o no para ganar la partida (que luego suelen estar más ajustadas de lo aparentan en principio). La otra es que es divertidísimo hacer cosas sirvan o no (si luego te apasionan los juegos temáticos, leer las descripciones de cada proyecto te da una nueva dimensión a lo que haces). Y pese a que tine un complejidad mediana, al ser todo autoexplicado es tremendamente fácil de comprender en todo momento.

El original era feo como pegarle a una madre, pero con versions posteriores la cosa ha mejorado mucho en lo estético…

Mi primerito día…

… y mi primerito juego de temática euro. Cuando Terraforming Mars llega a mi vida, podemos decir que ya tenía algo de callo formado en materia de juegos de mesa. Mucho juego de cartas, algo de miniaturas, bastante rol… Pero nada de mover cubos, gestionar recursos o generar motor. Si descartamos alguna partida esporádica a Carcassonne y Catán podemos afirmar que Terraforming Mars fue mi primer juego «euro». Al menos, sin duda, el primer euro complejo.

Y como todo lo complejo, de antemano puede dar miedo. Pero los años me han demostrado que se trata de un juego fantástico para iniciar a la gente en este apasionante mundo. Porque es empezar a jugarlo y las horas pasan volando, y venga, otro turno más a ver si me da tiempo a conseguir dos sandías de marte más y ganar ese par de puntos más que tanto necesito. Además, iniciándote con Terraforming Mars estás aprendiendo multitud de mecánicas que volverás a ver en casi cualquier juego de mesa moderno.

Aprenderás lo que es un draft a la hora de que los proyectos pasen de mano en mano, a seleccionar cuales te interesan y cuales no, pero no puedes dejar que lleguen a manos de José Luis. Aprenderás a gestionar recursos, pero también a generar un motor con ellos que vaya creciendo exponencialmente. La colocación de losetas es importante también, ya que donde se sitúen nuestros bosques, ciudades zonas especiales y océanos suele definir la victoria al arañar los últimos puntos. Y así podemos seguir un rato con muchas más cosas. Terraforming Mars es un juego redondo por derecho propio.

Si te quieres enriquecer sin invertir en terraformar Marte, lo mismo la política es tu opción de carrera…

El menú completo.

Con diez añazos a sus espaldas, Terraforming Mars, que ya de por si era un juego altamente rejugable; se a vuelto prácticamente infinito con la inclusión de numerosas expansiones que enriquecen la experiencia más allá de lo que ofrecía el juego base. Unas más queridas que otras, vamos a darles un repaso rápido por encima para veáis el mundo (pun intended) de posibilidades existente.

Preludios y Preludios 2 ofrecen un impulso inicial con mecánicas, dinero o habilidades que representan lo que hacía tu compañía antes de dedicarse «a lo de Marte». Venus Next nos ofrece un nuevo valor de terraformación, esta vez representando los primeros pasos en la colonización de la órbita superior de nuestro otro vecino. Colonias nos llevará a comerciar en busca de los recursos tan ansiados en los confines del Sistema Solar. Finalmente con Conflictos podemos pasar de trabajar y dedicarnos a la política. Si a esto le sumamos la friolera de siete tableros enfocados en diferentes áreas marcianas, y la presencia de 70 hitos y recompensas para mezclar como quieras (dos formas de ganar puntos adicionales); el resultado es de vértigo.

Como la vida misma, siempre hay quién se aprovecha del trabajo de los demás…

Hace 10 años la industria del juego de mesa no era como ahora. Sí; comenzaba a dar ciertos pasos en la dirección actual, pero quedaba mucho por recorrer. Comprar a día de hoy Terraforming Mars es un reflejo de esa época. Con todo lo que tiene de bueno, el juego era feo hasta decir basta y con unos valores de producción cutres hasta para los estándares de la época. Pero siendo tan bueno, poco nos importaba. Afortunadamente hoy contamos con formas de embellecerlo y darle mejoras de calidad de vida considerables, tanto oficiales como realizadas por la propia comunidad de jugadores.

No son pocos los potenciales jugadores que ante la perspectiva de enfrentar se a un juego «que hay que estudiar» o que «hay que pensar mucho» o que «es muy difícil» suelan preferir no poner el pie en terreno desconocido. Si embargo, en mi experiencia, el 100% de los nuevos jugadores de Terraforming Mars (ya sean veteranos en otros campos o que se estrenen por primera vez con algo superior a la Oca) han salido MUY satisfechos con la experiencia de volver Marte habitable. Eso dice mucho, muchísimo de un juego que una década después, sigue estando entre lo mejor valorado del medio…

Tendencias