393 AC
El agua tiene una textura sedosa, como si hubieran vertido leche en la fuente termal. Me la froto en los brazos y los hombros, con la esperanza de que me suavice la piel, mientras a mi izquierda, Nevenka suelta un sonoro suspiro. Tiene los brazos apoyados en el borde de la piscina y la cabeza inclinada hacia atrás. Su pelo suelto forma un halo violeta que flota sobre la superficie blanca y turquesa. Su expresión es paradójicamente de agotamiento y de felicidad absoluta. Una extraña mezcla.
Desde que Atsadi golpeó el suelo con su espada, el agua ha estado burbujeando desde las profundidades sin parar. Ese fue todo el estímulo que necesité para desviar unos cuantos arroyos e instalar estanques para que todos pudieran disfrutar de ellos. Aunque, al final, recibí más reprimendas que agradecimientos, algo así como que era un despilfarro del maná que habíamos reunido. ¿Desperdiciar? Qué tontería. Un onsen es más que adecuado para nuestras condiciones actuales, digan lo que digan los santurrones. Es cálido, agradable, todo lo contrario a la congelación y los escalofríos interminables.
Nevenka vuelve a suspirar.
–No entiendo por qué la gente dice que los baños son inútiles-, murmura, manteniendo los ojos cerrados.
-Nadie dice eso, Nev-, comenta el tercer miembro de nuestra pequeña excursión.
A mi derecha, Fen está casi completamente sumergida en el agua, con su largo pelo negro recogido en un elaborado moño. Lleva una toalla húmeda en la cabeza, que de vez en cuando utiliza para limpiarse las mejillas y la frente sonrojadas.
-He oído a la gente decirlo antes, eso es todo-.
-¿En un bar de Arkaster?-
Nevenka hace un mohín.
-¿Y qué si lo hice, eh? ¿Quién eres tú para contradecir la sabiduría del pueblo?-.
-No estoy contradiciendo a ‘la gente’, te estoy contradiciendo a ti. Hay una gran diferencia-.
De repente, Nevenka se levanta bruscamente, salpicándonos en el proceso. Ahora, de pie y completamente desnuda, nos señala con el dedo, casi gritando.
-Sé lo que sé-.
-Sí, sí-, suspira Fen, poniendo los ojos en blanco.
Nevenka echa humo, hasta el punto de que me siento obligada a intervenir.
-Lo que nuestra cantante favorita quiere decir es que la sabiduría está sobrevalorada. Y no estoy segura de que quieras ser sabia, querida-.
La Alterer se queda pensativa unos instantes antes de refunfuñar.
-De todos modos, ser sabio no tiene sentido-.
Fen sonríe. -¿Te refieres a los baños?-
-Eso es. Estoy harta de tus comentarios sarcásticos. Me bañaré si quiero y, lo que es más importante, ¡seré sabia si quiero! Pero no quiero, ¿vale?-.
Fen y yo asentimos automáticamente.
-Nunca dudamos de ti, bomboncito-, digo casi instintivamente.
-Ponme a prueba. Te reto a que lo hagas-, bromea Fen, claramente no dispuesta a dejar que las cosas se calmen.
Normalmente tan serena y casi regia en su comportamiento, Fen es completamente diferente con Nevenka. Incluso después de todos estos meses, todavía no puedo decir si se trata de un personaje que adopta para contrarrestar este manojo de energía nerviosa, o si, por el contrario, estar cerca de su amiga salvaje le permite ser más ella misma. En cualquier caso, me encantan sus dos facetas: princesa por un lado y pequeña alborotadora por otro.
Al volverme hacia Nevenka, veo que su mente se acelera. ¿Debe demostrar que puede ser una joven modelo, habiendo ganado y perdido la discusión? ¿O debería tirarlo todo por la borda en un arrebato de ira, demostrando que está equivocada y que tiene razón? Por su rostro pasan mil expresiones: desafío, frustración, abatimiento, histeria. Es casi cómico. Empiezo a reírme.
En ese momento, Nevenka hace un mohín. Esta vez ha decidido enfurruñarse. Vuelve a sumergirse en el agua y sopla burbujas mientras se aleja. Utilizando Alteración, conjura una pequeña forma amarilla que empieza a flotar. Intrigada, me doy cuenta de que se parece a un pato grotesco, con el pico naranja brillante como una mandarina.
Todavía enfurruñada, se aísla al otro lado de la piscina, invocando un pato tras otro, como si se repitiera a sí misma una y otra vez. ¿Es un mensaje?
A mi lado, Fen sonríe. Aunque disfruta burlándose de ella, sé que adora a Nevenka. Tal vez porque la marginada del Clan Ossonoya es demasiado inconsistente para guardar rencor…
‘Es extraño, estar aquí, disfrutando de las aguas termales, mientras otros luchan en el frío. ¿No te sientes un poco culpable?’
-No, en lo más mínimo. ¿Y tú?-
Parece pensar profundamente, haciendo ondas con los dedos.
-Un poco. Tiendo a sentirme culpable con demasiada facilidad. En realidad, desde que era niña-.
-Según mi experiencia, es mejor tener remordimientos que arrepentimientos. Y ahora mismo, no me arrepiento en absoluto de haberme sumergido en esto mientras afuera hace veinte grados bajo cero-.
Se mira los dedos podados, ensimismada.
-¿No te preocupa que la gente pueda estar resentida con nosotros? ¿Por no contribuir al esfuerzo bélico?-
«¡Ja! Escúchate, jovencita. No estamos aquí por la guerra. Estamos aquí para redescubrir. Y ahora mismo, lo que estamos haciendo forma parte precisamente de los objetivos de nuestra misión: redescubrir los placeres de estos baños’.
-Por favor-, bromea, dándome un ligero codazo.
-Qué escandalosa muestra de violencia. Qué crueldad tan injustificada-. Finjo ofenderme. -¿Qué he dicho yo para merecer semejante trato?-
Se ríe a carcajadas, mientras Nevenka nos mira fijamente, probablemente sintiéndose marginada.
-Entonces, ¿te arrepientes de algo?-
No se lo pregunto por pura curiosidad, sino más bien como algo que necesita sacarse de encima. Hace una mueca y suspira.
-Me arrepiento de no haber hablado más cuando el Clan fue desterrado. No encontrar las palabras adecuadas-.
-Dudo que los adultos te hubieran escuchado, pasara lo que pasara-.
Su expresión se vuelve triste.
-Tal vez. Pero no he perdido la esperanza de hacer las paces…-.
-¿Tienes un plan?-
Me mira, decidida y un poco avergonzada.
-Pensarás que es una tontería, pero creo que si encontrara la Canción del Uno y se la cantara a las Matriarcas, todos recordarían que somos una familia…-.

Mirándola fijamente, veo de repente su juventud e inocencia.
-¿Y cómo piensas hacerlo? La letra de la Canción del Uno se ha olvidado y su melodía se ha perdido. Y aunque la encontraras, ¿qué te hace pensar que lo arreglaría todo?-.
-Lo sé, es estúpido-, admite.
-No he dicho eso, cariño-.
-Dejo que recoja sus pensamientos, envuelta en un profundo silencio. Bueno, todo lo silencioso que se puede estar con Nevenka, que se está impacientando visiblemente por portarse «bien»-.
-La Canción del Uno simboliza la unidad de toda Lyra. Nueve Clanes, pero una gran familia. Si pudiera reunir a las matriarcas, como una vez hizo Chiara Cacares, tal vez lo entenderían-.
Aprieto los labios.
-La diosa Mnemosyne guarda todos los recuerdos del mundo. Ella conoce las palabras de la Canción. Y si las Matriarcas se niegan, invocaré a su Eidolon para convencer a sus patronas, las Musas, de que las convenzan. Mnemosyne es su madre. Tendrán que escuchar-.
Me paso una mano por el pelo.
-Has pensado mucho en esto-.
-Sé que no es realista. Pero, como dijiste, es mejor vivir con remordimientos que lamentándose, ¿no?-.
-Jaja, tienes razón. No puedo contradecirme-.
No importa lo que diga, hay algo conmovedor en su honestidad. También su deseo de hacer el bien. La observo atentamente, triste por no poder revelarle la verdad. No puedo dudar de su sinceridad, por ingenua que sea. Pero sin duda algo estaba pasando en el Clan Kasirga. La mención de Mnemosyne no fue una coincidencia, como tampoco lo fue el exilio. Alguien estaba moviendo los hilos en las sombras, sembrando esta idea en la mente de la joven. ¿Era una idea natural y orgánica, o se la habían impuesto sin que se diera cuenta?
-Voy a hacerlo, Auraq. Encontraré la Canción del Único. No me importa si la gente dice que es imposible o inútil. Haré las cosas bien. Sé que es lo correcto, y el Viento está de acuerdo conmigo-.
Simplemente sonrío. Su determinación es entrañable y contagiosa.
-En otro orden de cosas, ¿qué utilizas para que tu piel sea tan suave?-
Parpadea y me mira, con las mejillas ligeramente sonrojadas. ¿Mi voz ha sonado demasiado sensual y burlona? Ya no puedo parar.
-He probado todas las cremas imaginables y el resultado es siempre el mismo. Sin maquillaje, esto es lo que tengo: la piel áspera, pase lo que pase…-.
-Bueno… eh…-
Disfruto viéndola tan nerviosa y avergonzada, pero no tengo la oportunidad de disfrutarlo por mucho tiempo.
-¡Aaaaaaah, ya he tenido suficiente!-
Desde el otro lado de la piscina, Nevenka agita los brazos, salpicando agua por todas partes. Un enjambre de patos de color amarillo limón flota en la niebla, tal vez cien, creados en los pocos minutos transcurridos desde que empezó a hacerlos.
Fen empieza a reír, pero su expresión se congela de repente. Me doy cuenta inmediatamente.
-¿Estás bien?-
No contesta, como si de repente se hubiera convertido en piedra.
-¿Fen?-
La aprieto un poco, hasta el punto de ponerle una mano en el hombro. Se sobresalta y balbucea algunas palabras.
-El viento… Oigo voces que lleva el viento-.
Siento una ligera brisa que me roza la piel mientras recorre las llanuras, pero nada más. No oigo nada más que el gorgoteo del agua y el susurro del viento entre las hierbas azules.
-¿Qué oyes?-
Observo las extensas formaciones coralinas que se alzan en la tundra, tan grandes como colinas. Unos pájaros de formas extrañas surcan el cielo…
-No puedo distinguirlo con claridad…-.
Me vuelvo hacia Nevenka, que sigue armando jaleo.
-Nev, ¡silencio!-
Se detiene bruscamente, sorprendida por mi tono. Sé cómo hacerme oír. Años de teatro me han facilitado el control de la voz.
-Si quiero-, se atreve a añadir.
Me llevo un dedo a los labios y se calla.
-¿Fen?-
-Está atrapado. Quiere ser liberado. Su voz flota en el viento, a través del valle. Gruñe. Ruge. Golpea contra su jaula-.
¿Una amenaza?
Me enderezo mientras el agua resbala por mi torso y mis piernas.
-Es el rayo, la lluvia y el hielo. Es el frío del invierno…-.
Observo los alrededores en busca de peligro. Como todo el mundo, he oído hablar de los ataques dirigidos contra el Cuerpo Expedicionario. Fen se vuelve de repente hacia mí, con los ojos muy abiertos.
-Es un Oneiros-, dice. -Y necesita nuestra ayuda-.
Este es un relato traducido de la web oficial de Altered TCG. Podéis encontrar el original en el siguiente enlace: https://www.altered.gg/news/a-whisper-in-the-wind




