Si haces caso al lema de Timón y Pumba (Hakuna Matata), en Silo tienes una serie super disfrutona. Al más puro estilo Perdidos. Con un misterio insondable que parecer hacer todo lo posible por resistirse a ser revelado. A quién queremos engañar, nos encantan los futuros apocalípticos o distópicos (diría que nos sentimos bien pensando que siempre se puede estar peor de lo que ya estamos), y nos encanta seguir el caminito de migas de pan que conducen inexorablemente hacia la verdad.
Es curioso lo de Perdidos. Se la suele mencionar como la primera gran serie que rompió moldes. Que empezó a enganchar a la audiencia, más acostumbrada a episodios auto conclusivos en torno a una gran trama que esperaba al final de la serie (pensado claramente desde el principio para cuando los niveles de audiencia empezaran a flojear). Tal afirmación es cierta solo a medias. Ya que otras grandes obras como Expediente X o Twin Pines jugaron al mismo juego con el mismo éxito, y a mi gusto haciendo mucho mejor trabajo manejando los misterios que guardaban.
Porque a todos nos gusta un buen misterio, pero no nos gusta descubrir que nos engañan. Todos asumimos que vamos a ver un espectáculo de magia, y que la magia no existe. Pero durante un rato, nos autoengañamos. Hacemos un pacto tácito con el mago representante para pensar que sí que existe. «¡Oh! ¿Cómo lo habrá hecho?». Y en ese juego nos sentimos cómodos y la diversión está asegurada. Pero más vale que no asome nada por detrás de la cortina, porque al menor atisbo de trampa nos sentimos decepcionados, como si nuestras más firmes creencias estuvieran puestas en ello.

No se, Rick… parece falso…
No se trata de que los guionistas vayan improvisando sobre la marcha y no sepan a donde van. En el caso de Silo hay una trilogía de libros (escritos por Hugh Howey) y ya está confirmado que la serie constará de tres temporadas (acaba de finalizar la segunda). Así que parece que está ya bastante claro como acabará todo (tengo los libros en espera ya que tengo la serie demasiado reciente así que no puedo comparar posibles diferencias). Pero haya cambios o no, me cuesta imaginarme mucho grado de improvisación argumental.
Así que ese no es el problema de Silo. Porque aunque se trata de una serie super disfrutable como he comentado ya, tiene un gran problema que no me permite dejarme llevar todo el viaje. Silo excede las expectativas en casi todo, menos en lo que vamos a acordar llamar «la gestión de la información» o «la gestión del misterio». Desde el primer episodio ya se ve que hay ciertos personajes que poseen, si no la totalidad, un buen porcentaje de la información que se le tiene que dosificar al espectador. Eso es lo peor que puedes hacer, decir que tienes la mano ganadora, pero no enseñarla.

No hay escena prototípica que me reviente más como persona que desea ser entretenida y que pone todo de su parte para que esto suceda, que la clásica en la que el personaje correspondiente va a revelar al mundo la gran verdad oculta durante 26 temporadas, y que pase un camión de bomberos con la sirena a todo trapo enmascarando sus palabras. No hay camiones de bomberos en Silo (por lo que sea). Pero en el último episodio de la segunda temporada hay una escena prácticamente LITERAL a lo expuesto unas líneas más arriba. Y si fuera la primera vez, pero es que llevamos dos temporadas con la misma cantinela.
No es que llevemos dos temporadas dando tumbos sin saber lo que está sucediendo. Realmente la información se va revelando a un ritmo aceptable (siempre queremos más, por supuesto). No, el problema es que cada vez que alguien está a punto de averiguar algo, que no podría no averiguar porque lo tiene delante de las narices, siempre alguien grita: «¡Detrás de ti, un mono con tres cabezas!». Y al volvernos ya se ha cambiado de tema. Lo siento mucho, tendrás que esperar a que me vuelva a salir de la punta de la polla el volver a sacar el tema que claramente tiene a todos en un sinvivir pero ahora hay algo más importante que tratar… (Perdón, ¿eh?. Es que no se enfadarme…)
*bebe un vasito de agua y se calma*
Y a pesar de todo esto, la serie está bien de narices. La historia que cuenta es muy buena. Jueguen al despiste o no, todo lo que se narra tiene sentido, juega con la coherencia a su favor y siempre nos tiene deseosos de saber más. Como decía antes (más antes, un poco más arriba) en todo momento sientes que hay una respuesta a todas las dudas. Y eso te mantiene enganchado. Simplemente esas trampitas matan un poco el ritmo.
Siempre hablamos de estructura, y la de Silo es bastante ejemplar para ser una «serie con misterio». Toda la primera temporada es de planteamiento, de presentación. Y aunque la historia no acaba, si que aporta cierta resolución. Aunque el conjunto de todos los episodios hace de planteamiento para el global de toda la serie, cuenta con su propia estructura interna de planteamiento, nudo y desenlace. El caso de la segunda temporada es similar: funciona por si misma (estructuralmente, narrativamente estás jodido si no has visto la primera) y a su vez, se convierte en el nudo principal de la historia. Pocas dudas tengo que la siguiente y última funcionará como desenlace a la perfección.
La ambientación de Silo es ejemplar. La sensación de opresión, de claustrofobia, es constante. Con muy pocos recursos sientes que la realidad es una ciudad vertical de más de 100 pisos, donde puede tomar un día entero subir o bajar desde la superficie al último piso. Donde la estratificación social es más literal que nunca. Y donde las reglas que construyen el mundo son sólidas como la roca en la que está excavado el propio Silo.

Ahora, seguro que por mi culpa, no la ves.
Vamos a regalarnos un poco los oídos. En general, el reparto de la serie es ejemplar. Es verdad que hay algún personaje más planillo que los demás. Pero prácticamente todos brillan a nivel interpretativo y a nivel de credibilidad. Si, hay alguna decisión pensada para provocar algún girito que no termina de convencer, pero al final se resuelve con bastante acierto. Y esto no es baladí, ya que aunque el peso de la historia recae sobre los hombros de Rebeca Ferguson y Tim Robbins, realmente se trata de una obra bastante coral donde cada personaje aporta su granito de arena con importancia.
De verdad que la historia es muy buena. Para mi, las adaptaciones tienen que separarse todo lo posible de la obra original, sin perder la esencia (algo más fácil de decir que de hacer). Es precisamente por ese motivo que no sólo no me he atrevido a leer las novelas aún (como ya he constatado previamente). Es que a pesar de que lo más rápido para saber qué pasa sería dejar la serie de lado y zamparme los tres libros que no sólo están ya escritos, es que los tengo aquí al alcance de la mano. Sin embargo, pese a mis reticencias estoy a bordo de viaje que propone la serie de Apple TV. Y ya me quedaré hasta el final.
Efectivamente Silo tiene sus defectos. Y por ser obvios son fáciles de criticar. Pero hay muchísimo más bueno que malo. Y esos matices positivos quizás no estén tan a la vista, haciendo que sea más dificil destacarlos. Lo que sin duda no suele engañar, es el hecho que semana tras semana, uno tiene ganas de sentarse a ver como siguen las aventuras de las pobres almas perdidas que habitan el Silo. Y que aunque a veces podamos sentirnos engañados, en ningún momento nos preguntamos: «¿Qué narices hago aquí cuando podría, no se, estar contando el gotelé de la pared?». Y estoy seguro que esa pregunta te la has hecho más de una vez viendo la serie de moda de la que todo el mundo habla…




