Bueno, bueno, bueno. Primera reseña de juego de mesa. Quizás una de las categorías de la web que más respeto me da analizar. ¿Me centro en mecánicas? ¿Me centro en sensaciones? ¿Entro a valorar si «objetivamente» (ja, ja, ja) es un buen juego? Al final no debería ser más dificil que hacer una reflexión sobre una serie o una película. Pero no se por qué, me da algo más de respeto. Pero empecemos a teclear por el principio, y veamos a dónde nos lleva este viaje.

Como cuenta su propio manual, IKI es un juego de tablero que se ambienta durante el periodo Edo en Japón (1603-1868). Para los profanos, Edo es el nombre que tenía Tokio durante dicho periodo. El tablero representa una de las calles más importantes del distrito de Nihonbashi; en concreto la del mercado, la principal y más céntrica de ellas. Cercana al río y su mercado de pescado y llena de comercios donde numerosos mercaderes, artesanos y artistas realizaban sus ocupaciones.

Dichos artesanos y mercaderes recibían el nombre de Nagayas (porque La Batalla por la Cultura Pop educa y entretiene) y se cuenta que había entre 700 y 800 profesiones diferentes en la ciudad de la época y muchísimas de ellas están reflejadas en las cartas del juego. Como jugadores representaremos a ciudadanos influyentes de la localidad, contratando diversos personajes en base a sus habilidades, colocándolos en las diversas localizaciones de la calle principal de Nihonbashi y buscando conseguir la mayor cantidad de «iki» (un concepto filosófico de la epoca que representa la forma ideal de vivir una vida cívica).

De paseo por la calle del mercado, comprando y charlando con los otros Oyakatas…

El «spa» de los juegos de mesa, el «feng-shui» de los eurogames…

IKI es lo que se conoce en el mundo de los juegos de mesa como «euro» o «eurogame». Estos juegos, generalmente de origen europeo (de ahí su nombre) suelen ser juegos enfocados en la planificación estratégica (no de combate) con poco azar donde la toma de decisiones de administración es básica para optimizar un rendimiento. Suelen tener muy poca interacción y su objetivo principal suele el de ganar puntos de victoria (el «iki» en nuestro caso). Dichos puntos de victoria además pueden llegar de numerosas fuentes a lo largo de la partida (demos la bienvenida al concepto de «ensalada de puntos»).

Pero lo más importante es que el tema del juego (de qué va) suele ser lo menos importante. Siempre se ha dicho que Agricola (uno de los más famosos del género) podría ir de como llevar tu granja en el medievo, o haberse llamado «Startup» y haber transcurrido en Silicon Valley llevando tu empresa al éxito. Lo verdaderamente fundamental son sus mecánicas. Por eso valoro muchísimo cuando un «euro» realmente me transmite la sensación de estar haciendo aquello que su tema me propone, y no simplemente gestionando recursos y moviendo trabajadores de casilla en casilla.

Nuestros Ikizamas marcarán el orden de turno en que actuaremos, pero también cuantas
casillas moveremos….

Y en este campo IKI brilla con luz propia. El tema ya permea desde la portada de la caja, con un arte precioso, y se desborda al interior, con una decoración poco habitual. Un precioso tablero que representa la calle principal de Nihonbashi con las ubicaciones donde nuestros trabajadores se irán colocando y ganando experiencia y unas cartas con las profesiones de la época bellamente representadas. Los meeples (tokens, o «muñecos» de carton que representan nuestras fichas) también son exquisitos y epatan a la perfección con el tema, así como los tableritos de jugador.

Pero lo mejor de todo es que mecánicamente (ahora entramos en ello) la sensación de ir por la calle, comerciando y contratando, es constante. Jugando a IKI siempre tengo la sensación de estar paseando tranquilamente por el mercado (tranquilamente porque para eso soy un japonés del taco, que se ve que en mi casa hambre no se pasa) contratando a mercaderes, decidiendo en que zona de la calle se tienen que ubicar para que todo esté bonito y sobre todo, acordarme de comprar el arroz, el pescado y el tabaco para llevar a casa a la vuelta. Es el juego de los jubilaos japoneses. Ponte un poco de musica tradicional nipona para jugarlo y tienes zen para una semana.

Mejorar nuestro nivel de extinción de incendios es importante a lo largo de la partida (insertar broma de actualidad que no tendrá gracia en unos meses)…

Cuando vuelvas, trae pan.

La mecánica de IKI es simple. Te vas moviendo por la calle y vas comerciando con lo que ofrecen las diferentes tiendas y comerciantes. Con lo que consigues, puedes contratar nuevos comerciantes, que ganarán experiencia si el resto de jugadores utilizan sus servicios. Lo que acumulativamente te beneficiará cuando se jubilen, generando un motor economico de comida, madera, dinero o puntos de victoria con los que seguir invirtiendo durante el año que abarca la partida.

Es como el Monopoly, pero bien. La chicha está en las formas de ganar puntos. Que hay varias. Puedes centrarte en comprar el pescado de todas las temporadas y luego buscar la forma de multiplicar esos puntos con un restaurante. O centrarte en contratar a trabajadores que den muchos puntos. O coleccionar los mejores tabacos de todo el año para provocar multiplicaciones en tu hoja de puntos. Conseguir trabajadores de diferentes campos profesionales también suma. O ser el que tenga la calle principal de Nihonbashi más bonita todo el tiempo.

La calle del fondo está quedando muy armoniosa con todos los comercios amarillos, el jugador rojo ganará mucho iki

Muchas formas de puntuar, pero tus recursos y tus acciones no darán para hacer todo lo que quieres. Es lo que hace bueno a los juegos tipo «euro». El conseguir que la gestión de tus recursos sea algo básico. (La famosa frase «fácil de entender, difícil de dominar»). Lo mejor de todo es que IKI aprieta, pero no ahoga como hacen otros, siempre te faltará algo que buscas pero te ofrece numerosas maneras de cambiar de ruta y no quedar atascado. Pero lo mejor es que lo hace siempre de forma amable, acompañando el tema del juego, que no es otro el de vivir feliz en una ciudad próspera y agradable.

Si a esto le sumamos que es un juego extremadamente fácil de «leer», la amabilidad del mismo ya llega a extremos de Papá Noel. Cuando un juego «euro» es fácil de leer, quiere decir que la iconografía del mismo es fácil de entender. Que sepas mejor o peor las reglas no importa, porque las propias cartas o iconos del tablero te ilustran facilmente lo que hay que hacer: Una moneda con un 2, seguida de una flecha y dos iconos de madera quiere decir que pagando 2 monedas obtienes dos maderas. Y así sucesivamente. En un par de turnos casi no volverás a consultar las reglas del juego en tu vida.

El artista de papel maché nos dará una moneda dorada si pagamos una madera y una sandalia…

Akebono: Pescado frescooooo…

El juego gana mucho cuando se le incorpora su expansión IKI: Akebono que desgraciadamente no se ha puesto a la venta en españa traducido a la lengua de Cervantes (tampoco es problema, ya que el juego es independiente del idioma, salvo las reglas y los nombres de los comerciantes no hay texto ninguno). Y como comentábamos hace nada, la iconografía es tan clara que todos los elementos nuevos casi se explican solos al ponerlos sobre el tablero. Y que tablero, madre mia.

Lo primero por lo que agradezco la existencia de Akebono es por sus dos ampliaciones de tablero. La calle principal de Nihobashi ahora cuenta con dos extremos. Por un lado una zona de edificios donde poner el mercado donde se compran los trabajadores de cada mes, los edificios que se pueden comprar y los «nuevos trabajadores» (una de las nuevas mecánicas con trabajadores con habilidades nuevas que mejoran enormemente las de los originales).

El barco de comercio nos permitirá conseguir útiles que suelen escasear cada temporada…

Por el otro lado de la calle tenemos el puente y el río. El propio juego nos explica que el primer puente de Nihonbashi fue construido en 1603, el mismo año que el Emperador Tokugawa estableció su shogunado en Edo, convirtiendo a la ciudad en el punto de partida de las Cinco Rutas (las principales rutas comerciales del país). Usando el río como fuente de comercio y transporte. Aquí es donde se agrupan la mayor parte de mecánicas nuevas.

Contamos con el propio puente como localización, donde podremos hacer amistad con personalidades de la época (todas documentadas con fechas de nacimiento, deceso y profesión) como Gennai Hiraga (1728-1780), inventor. O Nezumi Kozō (1797-1832), ladrón. Encima, no sólo se enriquece la experiencia pudiendo disfrutar de un breve párrafo sobre ellos en el manual, ir a wikipedia a buscarlos todos es toda una experiencia. Haciendo amistad con estos personajes ganaremos habilidades pasivas o nuevas formas de puntuar al final de la partida.

Pocos juegos tengo en mi colección más bonitos que el IKI

También incluye el río, que es el lugar donde podremos construir nuestros barcos. Estos barcos equivalen a los comercios de tierra y amplían la cantidad de acciones que cualquier jugador puede realizar durante su turno, a cambio que hacer que los dueños de los botes progresen en un track especial. Juegues a IKI en su versión básica o en la completa con su expansión, podrás vivir una experiencia gratificante, amigable y relajada en el mundo de los juegos de mesa de tipo «euro». Si encima te llama la temática puede que se convierta en uno de tus juegos favoritos para cuando te apetece pensar, pero no demasiado.

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