Pero oye, da igual donde estemos, ¿eh? ¿Que vas andando por mitad de la calle?; siempre hay un canal o una acequia. O una señora limpiando la calle. O una manguera. ¿Que la acción nos lleva al instituto de los protagonistas? Pues si no es la piscina, son las duchas o si no el cubo de la fregona. Ranma 1/2 demuestra que todos los problemas ligados al los trasvases de cuencas hidrográficas son una nimiedad frente a los desplazamientos de masas acuáticas en entornos secos.
Pero, ¿por qué es tan importante esta cuestión hídrica?. Bueno, como bien dice la sinopsis de esta nueva adaptación al anime del famoso manga de la artista Rumiko Takahasi; tanto el propio Ranma como algunos personajes más de la serie cuentan con la habilidad de cambiar de forma física al entrar en contacto con el agua a diferentes temperaturas. Bajo esta premisa se esconde una serie que, como bien veía resumir hace poco en redes sociales, va sobre una persona no binaria que quiere estar a lo suyo mientras al menos otras 10 personas minimo juegan a follar-casarse-matar donde las 3 opciones son él mismo.

¡Nos comen los wokes! ¡Nos comen!
Ahora es fácil empezar a correr con los brazos en alto gritando estas palabras. Pero resulta fascinante si te paras a pensar que estamos hablando de un anime (2024), basado en otro anime (¡1989!) basado a su vez en un manga que comenzó a publicarse en Japón un par de años antes (1987). En una industria dominada en una amplia mayoría por autores masculinos. Y que aunque está clasificada dentro del Shonen (género de aventuras, enfocado generalmente a adolescentes masculinos) realmente esconde una comedia romántica en su interior.
Efectivamente, cuando en plena adolescencia Ranma 1/2 llegó a nuestras pantallas, para nosotros (espectadores masculinos con cuarto y mitad de hormonas revolucionadas) la serie era de tortas, donde encima con suerte una o dos veces por episodio podíamos intuir la presencia de un pecho (comúnmente conocido como teta). Y no debía ser solo cosa de mis hormonas, porque recuerdo que mis padres no veían con buenos ojos que su chiquitín del alma (mama que ya me toco por las noches) viera ese tipo de series pecaminosas.

Esto es una jaula de grillos
¿Qué esconde realmente Ranma 1/2 en su interior? ¿Qué puede esperar el espectador moderno de la adaptación de una serie de esta índole en estos tiempos modernos en los que nos encontramos? Tengo que reconocer que muy afortunadamente los recuerdos de mi yo calenturiento del pasado y la mojigatería de mis padres no podían andar más desencaminados. Me alegra muchísimo haber comprobado después de estos 12 episodios lo moderna que es la serie. Y ardo en deseos de comprobar si el manga original, con todos los años que gasta a sus espaldas, mantiene el nivel visto en televisión.
Ranma 1/2 realmente es una comedia de enredo, con un humor absurdísimo como motor que hace que todo funcione a un ritmo arrollador. Básicamente TODOS están enamorados del Ranma chica, pero es que básicamente TODAS están enamoradas también del Ranma chico. Pero Ryoga odia a Rama chico, y ama a Akane en secreto. Ranma y Akane pinta que se gustan (pero ya sabéis, los que se pelean se desean y tal). Akane está enamorada del fisioterapeuta, que a su vez está enamorado de su hermana mayor. Shampoo odia a Ranma chica pero se quiere casar con Ranma chico. Y así hasta el infinito.
Lo mejor de todo es que dentro de este cortijo, y de todo lo absurdo de las situaciones que se presentan (como combates a muerte de gimnasia rítmica o patinaje artístico) se encuentra una base de personajes no solo magníficamente bien escritos en términos narrativos y de avance de trama. También resultan ser realmente icónicos a la hora de reforzar o criticar roles que imagino que estaban presentes en la sociedad de finales de los 80 y que desgraciadamente aún a día de hoy permanecen.

Cuidado con Macho, MacMacho
Queda claro desde el inicio, que Ranma es igual de machista que el resto de hombres que le rodean, pero la sutil (llámame loco) diferencia de tener que pasar tiempo como chica y de esta forma poder ver las cosas desde el otro lado de la barrera, hace que conforme avanza la serie vaya empatizando más no sólo con el género femenino. Si no en la forma en la que los hombres tratan a las mujeres. Akane por el contrario es una mujer fuerte, independiente y empoderada. Además es guapa y deseada. Pero es tan incomoda la situación en la que se encuentra siempre, que rechaza todas esas virtudes para aislarse en su mundo de enfado e ira.
No son pocos los personajes masculinos que vemos desfilar por la serie que directamente cruzan líneas que pueden considerarse abusivas. Como la clásica de poder disponer de la fémina en cuestión en base a ganar un combate sin que la susodicha pueda decir nada al respecto. O expertos robabesos que se jactan de que el rechazo que provocan sus acciones no es otra cosa que amor reprimido. Todo muy turbio si te paras a pensarlo. Pero en Ranma 1/2 el humor es tan absurdo y está tan bien tirado, que hace que todo entre con una sutileza que muchos espectadores (las espectadoras no tienen ese problema, afortunadamente) no vayan a ser capaces de apreciar el verdadero mensaje de la serie y se queden en lo de las tortas y las transformaciones.

Que si, José Luis, que la censura y tal…
De verdad, todo el que se acerque a la serie buscando el «tipico Shonen de peleas para chicos» y esperando ver chicha se va a llevar una decepción. No recuerdo la serie del 89, pero en esta se ha pasado la goma de borrar por toda protuberancia física que asome por debajo de la ropa. Y aunque me guste más una teta que a un tonto un lápiz, la verdad es que me parece bien. Ninguna de las escenas de hipotéticos «desnudos» está ahí para generar tensión sexual. Su único objetivo es el de provocar situaciones divertidas (por lo incómodo para sus protagonistas) y absurdas.
De esta forma literalmente toda la atención del espectador puede enfocarse en el humor de la escena (y todo lo que esta pueda conllevar) en lugar de pensar en llevarse la mano a los pantalones para recolocar alguna molestia repentina. Me alegra mucho ver lo moderna que es la serie en pleno 2024 (otros remakes que he visto recientemente no han corrido la misma suerte) y lo fresco que resulta su visionado (pun intended).

¿Y ahora que hago yo con esto? ¡No me dejes así!
Ranma 1/2 es de esas series que me generan dilema. Como ya hemos mencionado en alguna ocasión en este foro, la dupla manga / anime genera un problema a los que gustamos de acudir a las obras originales, ya que tanto la versión escrita como la animada suelen ser cuasi idénticas y consumirlas por duplicado no suele aportar mucho.
Mientras que en algunos casos después de la primera temporada me suelo lanzar de cabeza a por el manga (suele ser el material original y eso para mi siempre pesa bastante). Y en otros por sus virtudes como medio, prefiero esperar a la animación aunque tarde más en llegar. En este caso tengo mis dudas. Por un lado tengo muchísima curiosidad por ver que tal ha envejecido la obra original, y el anime de 2024 se siente tan fresco que tengo miedo de encontrarme algo decepcionante.

También tengo mucha curiosidad por leer algo original de la señora Takahasi, y es verdad que de toda su bibliografía, probablemente Ranma 1/2 sea la que más me interese (y de las menos largas, que también dime tu que no con la plancha que tengo…). Pero por otro lado la serie me ha resultado tan vigorizante, que tampoco le haría ascos a seguir viéndola. Decisiones… decisiones..
Sea como fuere, si te pica la curiosidad. O te escuece la nostalgia. Creo ambas opciones pueden satisfacerte fuertemente. Siempre que no seas de esos que le da miedo la palabra woke. Aunque si eres de esos… lo mismo no está en la página correcta…




