La de DanDaDan no me la he visto venir y no porque me pillara por sorpresa su existencia. Ya venía avisado por conocidos que me insistían que el manga (publicado en España por Norma Editorial con bastante éxito) era una obra a la que me tenía que acabar acercando más tarde o más temprano. Si la trama giraba en torno a sucesos paranormales como los OVNIs o los espíritus (soy más amante de las historias de fantasmas que de lo primero), sin duda contaba con mi interés de primer momento. Y que mejor banco de pruebas que aprovechar el inminente estreno de la obra en el mundo de la animación.

Es cierto que al ver el opening de la serie, algo me olía raro en DanDaDan. Para ser una serie sobre asuntos misteriosos, había mucho… digamos que movimiento, por intentar mantenernos en el manejo de términos simples. Todo parecía alocado, macarra y muy, muy surrealista. Pero es a partir de este momento, cuando este análisis de la primera temporada de la serie puede hacerte daño como futuro espectador de la misma.

Momo Ayase y Okarun, los protagonistas indiscutibles de la serie

De plátanos, abuelas, carreras y cojones de oro

La clave de DanDaDan no radica en su argumento, si no en su tono. Un tono que se afianza fuertemente sobre su sexteto (se van revelando paulatinamente con el avance de la temporada) de personajes protagonistas cada cual merecedor de una ostia más grande en la boca, por anormales. Pero es dentro de su anormalidad donde reside también su encanto, y cuando son puestos a prueba frente al DRAMA (las mayúsculas son intencionadas) es cuando se genera la magia.

De verdad, si ya he captado tu interés, no sigas leyendo y ve a verla, dale un par de episodios y piensate bien si una serie con alienígenas robadores de «platanos másculinos», «turboabuelas» (es que hay que joderse), delirios dignos de las «magical girls» más sonadas o la búsqueda de los cojones de oro de un adolescente (y solo estoy arañando la superficie; es un lugar donde quieres quedarte a pasar tu tiempo libre.

Que bajona…

Pero que cojones…

Yo he terminado la primera temporada y todavía no lo tengo claro. De verdad, cada vez que se sucede la enésima patochada no puedo evitar pensar… «¿Y yo que cojones hago aquí con to la plancha que tengo pendiente…?» Y aún así, lo único que consigo sacar en claro, de forma casi instantánea; es que quiero más. Mucho más. Quiero saber cual es la próxima parida a la que el destino enfrenta a Okarun, Momo Ayase, la Abuela (joder con la abuela), la Turboabuela (esta ya por parte de madre, digo yo), Aira y Jiji.

¿Todavía sigues aqui y no has ido a verla? Te entiendo. Retomando lo que hablábamos a inicio, mi aterrizaje en la serie fue bastante accidentado. Yo entré esperando una historia de misterio. Yo que se José Luis, algo así como un Expediente X pero con adolescentes nipones. Y aunque creo que tengo ya bastante claro de que se trata de un shonen, no tengo muy claro todavía de que tipo. Y ahí reside su encanto. Porque aunque estemos jugando desde el principio al despiste y me niegue a definirte lo que vas a ver. Lo que si que tengo claro: es que quiero que lo veas.

El opening de la serie es toda una declaración de intenciones…

¡DanDaDan, DanDaDan, DanDaDan, DanDaDan!

Quiero que la serie la vea mientras más gente mejor. Primero porque me quiero asegurar de que la terminen (afortunadamente tenemos confirmada al menos una temporada más donde pinta que las cosas solo van a acelerar todavía más (si eso fuera posible, cosa que de verdad, de no haberlo visto ya, me costaría creerlo). Nuevos misterios que resolver (que si, que al final los hay, aunque cuando ya te pones a ello te das cuenta de que son lo de menos). Y segundo, porque quiero que te lo pases tan bien como nos lo hemos pasado nosotros en casa con cada episodio, no dejando de mirarnos constantemente para ver si uno estaba entendiendo lo mismo que el otro (lo que es básicamente nada).

Eso si, si tras un rato ves que no es tu rollo, no intentes presionarte ni un minuto más de lo necesario. Aunque está teniendo bastante éxito, tengo bastante claro que DanDaDan no es para todo el mundo. Precisamente por su ritmo tan acelerado y surrealista. Es de estas obras donde pesa más que te gusté más el CÓMO te lo cuentan, que el QUÉ te cuentan. Y es precisamente este dato el que me lleva a realizar una última reflexión.

Ojocuidao, que la cosa aquí va de abuelas.

¿Eres más de muslo o pechuga?

Es habitual que un anime adapte con una fidelidad exagerada la obra en la que se basa. Haciendo, a mi entender, un poco innecesario el consumir sus dos versiones ya que al menos en cuanto a trama, son literalmente idénticas (habitualmente, repito). Esto tiene sus ventajas. Son muchos los que usan el anime para tantear el terreno y después, aprovechando que el manga suele ir mucho más avanzado, realizan el cambio de formato para no tener que esperar a la producción de una nueva temporada animada.

Pero en el caso de DanDaDan,la realización audiovisual es tan potente, que me siento a leer páginas de la obra original y siento constantemente que me falta algo. Ya no es solo el color (primera diferencia obvia). Es el movimiento, ese dinamismo del que cuenta la serie y que se congela en las viñetas de comic. Los doblajes de los actores japoneses son de verdad desternillantes y ahora no podría poner otras voces en mi cabeza si tuviera que leerlo. Pero sobre todo me refiero a decisiones creativas propias del medio animado como la musica, los movimientos de cámara, las animaciones de los personajes. Todo en la versión animada derrocha personalidad.

Eso si, tocará esperar hasta verano para ver como continúan las desventuras de nuestro grupo de mamarrachos favoritos. Una espera no demasiado larga comparada con otras series. Pero que estoy seguro que si este análisis te ha animado a probar y resulta que te ha gustado; pasarás con el tema principal de la serie en bucle mirando cuantas semanas quedan para la época estival.

Tendencias