¿Os ha pasado alguna vez de tener un autor, no se si favorito, pero que os gusta mucho, muchísimo, y ni siquiera lo sabéis?. Es mi historia con Jon Stokoe. Quizás no os suene, pues ni es extremadamente prolífico, ni ha realizado trabajos relevantes para las dos grandes del cómic americano. En España tiene publicadas apenas cuatro de sus obras pero es que en territorios angloparlantes apenas restan otras tres. Uno podría pensar que es un autor que lleva relativamente poco tiempo trabajando el cómic, pero sus primeras obras datan de 2007 o 2008, por lo que ya rozamos las dos décadas de trabajo.
Y sin embargo, es de esos autores que tengo la sensación que llevo toda la vida leyendo y que me encanta. Cuando en casa, hasta hace muy poco, únicamente tenía este Aliens: Órbita Muerta, que leí en su momento pero apenas recordaba. Recientemente comenzó a publicar su última serie, Huérfana y las Cinco Bestias, que no sólo me está encantando y acabará apareciendo por estas páginas. Es que en todo momento la sensación al leerla era: «Yo de este tío he leído muchísimo más, y me vuelve loco». Me sonaba vagamente haber visto una reseña de su Sobek que tampoco he podido leer. Pero poco más.
Estoy bastante seguro de que toda esa sensación de adoración por el trabajo de Stokoe, me viene de haber leído, vaya usted a saber cuando, éste Aliens: Órbita Muerta. Pero ahora, que he podido revisitarlo por motivos que no vienen al caso, ha sido casi como leerlo por primera vez. Una ligera sensación en la parte más interior del cerebro, me dice que sí, que en algún momento yo he leido lo que se presenta ante mi. Pero no tengo recuerdos de este lugar. Quizás lo leí, quizás me limité a ojearlo y ponerlo en la eterna pila de lectura pendiente y ya con las diversas mudanzas que han sacudido la existencia en los últimos años.

Tu Alien de siempre, ahora en tonos pastel.
Una de las cosas que hace más único el trabajo de Stokoe y que precisamente por eso me vuelve loco; es lo personal que resulta. En ocasiones su estilo suelto y deslavazado puede llegar a parecer mal dibujado. Como si las proporciones de sus personajes se torcieran o deformaran como suelen hacerlo en manos de dibujantes que llevan poco tiempo ejerciendo o cuentan con el talento justito. Sin embargo, a poco que te sientas a analizar la página, aprecias que no hay nada de eso en el dibujo de cualquiera de sus obras. Todo está pensado al milimetro, y cualquier inconsistencia (por denominarlo de alguna forma) obedece a la intención artistica y no a una falta de talento.
Pero si algo define el trabajo del autor o es tanto su trazo, como su uso del color. Siempre representado por su paleta cálida y tonos pastel. Y por eso este Alien: Órbita Muerta me parece una genialidad aún mayor. No existe nada más alejado de esos conceptos que la saga de Alien. Cualquier obra de la franquicia ante la que nos enfrentemos, será siempre fría y oscura. Hemos tenido tonalidades verdes, azules, incluso marrones (que no se yo que le pasa a Jean-Pierre Jeunet con el colorcito de las narices).Y aunque Stoke se corta bastante para sus colores habituales, apostando principalmente por el azul (lo más frío que parece ser capaz de colorear), tenemos mucho rojo, naranja o amarillo.
Visualmente la obra es una maravilla. De esos cómics que justifican su lectura únicamente por el apartado gráfico. En contraposición con su estilo feista y deslabazado, tenemos páginas llenísimas de pequeños detalles y sobrecargadas que en ocasiones nos recuerdan al estilo barroco de Juanjo RyP. Pero sobre todo, te abruman con la personalidad del autor. Algo que cuando hablamos de arte, vale su peso en oro; ya que en mi humilde opinión, es más valioso que te reconozcan de un primer vistazo a que tu dibujo sea el mejor valorado. Puesto que las valoraciones son subjetivas, pero el reconocimiento es exposición.Un equipo de mantenimiento espacial responde a una señal y rescata a tres supervivientes en criosueño. Tras un accidente al reanimarlos, una letal criatura se libera y comienza a diezmar la estación. Aislado y con recursos mínimos, un ingeniero lucha por contener el desastre y sobrevivir al implacable ataque.

Allá vamos de nuevo…
Narrativamente, Aliens: Órbita Muerta tampoco viene a reinventar la rueda. No creo que exista un sólo elemento narrativo en la miniserie de cuatro números que no se haya utilizado en historias previas de Alien. Ni en ninguna posterior. No estamos ante una franquicia atractiva por su constante reinvención. La historia original es tan poderosa. Que lo único que necesitamos es revisitarla una y otra vez con un nuevo lavado de cara. Dejando que el nuevo autor marque su impronta en la nueva iteración. Pero sin necesitar que nada vaya especialmente más lejos.
En ese aspecto, Órbita Muerta cumple religiosamente. Una tripulación aislada, en este caso, en una estación espacial. La llegada del xenomorfo. Las bajas que se suceden a velocidad de vértigo. Ninguna posibilidad real de escape salvo un plan suicida. Pero claro, todo ello con el sello de James Stokoe; autor que no me cansaré de repetir, es uno de vuestros autores favoritos sólo que aún no lo sabéis. Eso si, parte del atractivo de su obra radica en la exageración de la acción, rayando en ocasiones el gore más desagradable.
Son muchísimas las historias realizadas de Alien para el cómic. Las hay más revolucionarias, las hay más divertidas. Pero pocas hay que tengan ese nombre propio como este Órbita Muerta, o quizás, se me ocurre el Alien: Salvación de Mike Mignola. Es de esas obras donde quizás el verdadero reclamo, sea poner el nombre del autor en letras más grandes que el propio título del tebeo. Casi como se suele hacer con la literatura de betsellers como Stephen King o Brandon Sanderson. Sea como fuere, se trata de un imprescindible para los amantes del xenomorfo, y una obra siempre recomendable para cualquier apasionado del cómic.





